Herbario y antología botánica
Dickinson es una de las poetas más importantes e influyentes del siglo XX. Su vida ha sido objeto de biografías, estudios y libros. Cuando tenía nueve años comenzó a estudiar botánica y con doce ayudaba a su madre en el jardín, pero no fue hasta que ya de adolescente asistió al seminario femenino Mount Holyoke cuando empezó a interesarse por la botánica como una ciencia.
La fundadora de la escuela, Mary Lyon, era una gran botánica y animaba a todas las niñas a recoger, estudiar y coleccionar flores y plantas locales preservándolas en un herbario. Dickinson recogió 424 flores de la región de Amherst y las fue colocando en su herbario con gran sensibilidad, mostrando un delicado sentido de la composición, cada una de ellas con una etiqueta con su nombre.
El herbario de Dickinson es frágil, delicado, precioso y emocionante. Conmueve poder contemplar el trabajo meticuloso de una niña, de una joven, hace casi doscientos años. La botánica es ciencia, es conocimiento de la naturaleza y, a la vez, es delicadeza y belleza, dos cualidades que la poesía de Dickinson posee. Emily Dickinson. Ya lo dijo Casimiro Parker.
«Es tan poco el trabajo de la hierba,
esa esfera de simple verde:
sólo criar mariposas
y entretener abejas.
Todo el día bailar al ritmo de las lindas
tonadas que las brisas traen
y recibir el sol en el regazo
y a todo decir sí, inclinándose».
$29.200
Agotado
Detalles
Páginas / Formato | 340 |
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Editorial | Ya lo dijo Casimiro Parker |
ISBN | 9788412157420 |